18 de junio de 2009

La Historia de Barzuk

Este es el primer capitulo de mi libro que se va a llamar Imaginarium si alguien quiere aparecer en el solo tiene que mandarme un correo a chorrosdehumo1@gmail.com con la informacion de su personaje. Asi mismo os pido que me critiqueis y que no os corteis un pelo.

CAPITULO 1

Era una mañana lluviosa, con el cielo de un color gris plomizo. Era el último dia de instituto y Barzuk no tenia mucho ánimo de ir a clase. De camino a el instituto se pasó por casa de su amigo Treston. Treston era un chico callado un año mas joven que Barzuk, tenía el pelo moreno y unos ojos verdes, ambos decidieron no ir ese dia a clase , de todas maneras las notas ya estaban puestas y el hecho de que asistieran ese dia a clase no iba a cambiar mucho. Asique tomaron rumbo a un parque cercano donde solian ir a menudo, se sentaron en un banco y comenzaron a charlar.

-¿Y que piensas estudiar el próximo curso?-Preguntó Treston.

-Supongo que medicina y de hay me especializaré en médico forense-Respondió Barzuk.

Continuaron charlando hasta que empezó a anochecer.

-¡¡Mierda!!-Grito Barzuk-Olvidé que tenia que hacerle unos recados a mi madre, me voy corriendo.

Y ambos abandonaron corriendo el banco del parque sin percatarse del viejo vagabundo que los había estado observando desde que llegaron.

-¡Mamá, ya estoy en casa!-gritó Barzuk cuando entro por la puerta de su casa-¿Que hay de cenar?

-Puedes cenar lo que quieras,querido, yo ya he cenado-respondió su madre.

Barzuk se hizo un par de sandwiches y subió a su habitación. Una vez allí terminó de cenar mientras veía en la televisión una película, que no terminó de ver puesto que se quedo dormido.

Esa noche tuvo unas espantosas pesadillas en las que veía cuerpos de seres humanos lacerados, muñones ensangrentados, sesos esparcidos por un paisaje grotesco, visceras amontonadas sobre charcos de sangre y una figura solitaria de espaldas en lo alto de esa montaña de torsos, visceras y miembros amputados riendo estridentemente. No alcanzó a ver la cara de ese hombre pero tenia una maraña de pelo negro que le llegaba aproximadamente a la mitad de la espalda, en una mano sostenía una larga espada mientras que con la otra se tapaba la cara. Derrepente el hombre se giró y Barzuk se despertó empapado en sudor, era media noche y en la calle llovia y aun sin saber porque se asomó por la ventana. En la calle habia un viejo vagabundo mirando directamente hacia donde el se encontraba. Rapidamente el vagabundo desaparecio en un abrir y cerrar de ojos y Barzuk se sobresaltó. Derrepente sintio un aire gélido en la nunca y se volvió bruscamente, se quedó mudo al ver al viejo vagabundo en mitad de su cuarto.

-Tranquilo chico-dijo el vagabundo-no he venido ha hacerte daño, por cierto, me llamo Lasko. pero no te quedes hay pasmado de pie sientate.

Barzuk se sentó en los pies de la cama y se quedó mirando fijamente el anillo que llevaba el anciano. Era un anillo de oro con un enorme zafiro dentro del cual brillaban pequeñas estrellas plateadas.

-Te llamas Barzuk Drakencroft ¿verdad?-pregunto Lasko.

-¿quien te ha dicho mi nombre?-Dijo Barzuk.

-Tu padre-respondio tranquilamente Lasko.

-¿Qué? No puede ser, mi padre murió cuando yo tenia 5 años-dijo Barzuk algo más alterado.

-Es obvio que me habló de ti antes de que muriese ¿no?, tranquilo solo he venido ha hacerte unas preguntas muy sencillas y me marcharé como he venido asi que cuanto antes empecemos antes me podre marchar-dijo Lasko.

-De acuerdo-respondió.

-Limitate a responder si o no, primero ¿Te sientes solo aunque estes con tus amigos o con tu familia?-Preguntó Lasko.

-Si-respondió

Segundo ¿Te duelen los dientes?-preguntó.

-Si-Dijo.

-Y por ultimo, ¿tienes pesadillas con cadaveres y cuerpos de mujeres y hombres destrozados?-preguntó al tiempo que esbozaba una sonrisa maliciosa.

-¿Cómo lo sabes?-Musito Barzuk-no se lo he dicho a nadie.

-Definitivamente eso es un si asique te hare una proposición, ves mañana a media noche al banco del parque donde estuviste esta mañana con tu amigo y te hablaré acerca de tu padre y de porque se yo tantas cosas acerca de ti-dijo Lasko al tiempo que desaparecia sin dejar rastro alguno.

Empezaron al sonar las campanas de la pequeña capilla cuando Barzuk se adentró a solas en el oscuro parque y se encaminó hacia el banco.

-Que hago aqui...Porque habré venido...No debo de estar aquí, pero sin embargo no puedo evitarlo, quiero saber más acerca de mi padre-decía para si mismo.

-Asi que al final has venido-dijo Lasko al tiempo que se levantaba de unos cartones que había tirados por el suelo.

-Háblame de mi padre-dijo sécamente.

-Tranquilo hijo, todo a su tiempo, primero te tengo que hablar acerca de tu herencia-dijo-dijo.

-Pero yo he venido aquí ha hablar sobre mi padre, no me interesa nada más-afirmó.

-Ya lo se, y hablaremos del viejo Klaus, pero ten un poco de paciencia-dijo.

-Está bién-susurró.

-Verás chico, puede que esto que te voy a decir en principio no lo creas o simplemente creeras que estoy loco pero lo comprobaras por ti mismo dentro de dos dias cuando cumplas dieciocho años-dijo sonriendo-verás, eres un vampiro.

-¡¡¿Que?!!-dijo Barzuk incrédulo.

-Lo que oyes-susurró- Tu padre era vampiro, como yo, ambos pertenecemos al clan Imaginarium-dijo al tiempo que le enseñaba el anillo con un zafiro que contenia en su interior varias estrellas brillantes-Toma, esto te pertenece-dijo mientras le entregaba un anillo igual al suyo.

-No me lo creo-dijo Barzuk.

-Este anillo perteneció a tu padre-afirmó.

-Pero si mi padre era banquero-dijo.

-Si, tu padre tenia un curioso sentido del humor-comentó- Ven, acompañame a la sede del clan, y podras ver que no te miento.

-¿Y no piensas decirme más cosas acerca de mi padre?-Preguntó.

-Allí hablaremos tendidamente, tranquilo...dame tu mano...solo tardaremos un segundo.

De pronto todo comenzo a dar vueltas y Barzuk sintio como si su carne se despegase de os huesos y los abandonase allí a su suerte, sintió nauseas, y antes de que se diese cuenta se encontraba ante un imponente castillo con cuatro enormes torres puntiagudas rodeadas estas a su vez por centenares de torrecillas mas pequeñas. Delante de el estaba Lasko y a su lado una muchacha que debia tener la misma edad que Barzuk aproximadamente. Era rubia, más alta que Barzuk y vestía una larga túnica negra pero lo mas sorprendente eran sus ojos, eran todo pupila, no tenia iris. Derrepente Lasko comenzó a cambiar, su rostro empezo a rejuvenecer al tiempo que sus ropas cambian y eran sustituidas por un traje con capa negro como la boca de un lobo y sus ojos se volvieron iguales que los de la joven.

-Tranquilo chico, este es mi verdadero aspecto-dijo sonriendo-Por cierto, esta es Erika, tiene tu misma edad.

-Hola-dijo Erika a la vez que le guiñaba un ojo.

-No te quedes hay pasmado, entra-dijo Lasko sonriendo.

El interior del castillo era frio,no habia mas luz que la que despedian unas pequeñas velas situadas encima de unos pedestales a largo de grandes corredores plagados de puertas que parecian interminables. Barzuk se adentró en esa maraña de pasillos, pueras y escaleras durante lo que le parecieron horas hasta que al final se encontró en una gran sala en la que en el centro había una gran mesa con doce sillones antiguos de respañdo alto y reposabrazos. En una pared habia una chimenea en la que ardian algunos troncos de tal manera que la luz que emitia distorsionaba la habitación y le daba un aspecto fantasmagórico. Varias lamparas de araña colgaban del techo y en las paredes se podian observar retratos de personas.

-Déjame que te presente al resto de la banda-dijo Lasko.

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