14 de enero de 2014

Memorias de un Suicidio

Eres como aquella ilusión de primavera que pasa atenuante entre las hojas, eres esa brisa que llena mis pulmones y el sol que roza mi piel.

Eres esa apología inalcanzable de mis sueños, entre los que viajo en los días y en las noches.
Tan eternos son que solo palabras, nunca llenarían lo que hoy siento y quiero expresar. Estas palabras que solo adornan suspiros de malas intenciones y compromisos.


Estas palabras que me mantienen lejos de lo que quiero y anhelo. Aquellas palabras son ahora las que sin sentido brotan de la punta de mis dedos a las ya marcadas teclas de mi ordenador.
No tengo pluma, tinta ni sangre. Solo versos des comprometidos con una realidad, a la cual jamas llegare.
Y si pido despertar de esta ilusa realidad? Quien lo hará?
Tu o aquel?


Aquel que descansa junto a mi esperando mi muerte. Pronto cerrare los ojos y me iré; allá a donde nadie haya estado, allá a donde ni tu existas, a donde solo exista yo.
Estaré sola con tu recuerdo que abrigara mis noches y mis días. Mis memorias y mis recuerdos, mis pertenencias y mi vida.


Estoy ya sin palabras, por que ellas se escapan como el agua que baja de la colina luego de la lluvia, me quedo sin inspiración solo para pensar en ti y florecer nuevamente; como el brote que recibe agua por primera vez.


Te dejo a ti y a mis ilusiones, a ti y a mis amores, a ti a mis deseos.


Te dejo a ti y a mi para otra ocasión.

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