23 de agosto de 2015

Mmmm.... Paraiso


Tocar el cielo con los dedos


Dicen que se puede tocar el cielo con las manos, dicen que se puede viajar a otros mundos, dicen quizá que todo esto es posible.
Yo creo que lo hice.
Un día me invitaron a comer sushi.
Y digamos que esa es mi comida preferida.
Mi amigo me dice: "Sabri, no te comas todo tan rápido. Saborea un poco.", y creo que eso fue la pauta para que yo visite mis estrellas.

Fue un pedazo de skin lo que me hizo viajar, a otro lugar, a otra era, a otro mundo.
Y puedo ser exagerada, que me digan todo lo que quieran, pero ya me había pasado algo así antes, y fue por otros medios.

Ese momento quedara grabado en mi memoria por siempre. Si pudiera sumarle un par de cosas mas hubiese elegido, una persona, una canción y un olor; que sumados a ese sabor me hubieran hecho irme y viajar a la velocidad de la luz.

Soy quizás un visitante de una galaxia lejana, un visitante que no corresponde a una época y que simplemente no se halla. Pero soy quizás la visitante adecuada, o la correcta. Eso solo hay alguien que lo sabe.







19 de agosto de 2015

Cuentan los Dragones


Amarse y ser Amado


Lo pude ver dibujado en tu rostro, ese momento donde decidí confesarte la verdad: el exponerme a ti, pura y desnuda. Con el miedo en la piel ante el rechazo inminente, esperándome en la esquina. Mi corazón en mi boca, desprotegido. Esa era la verdad, mis sentimientos, un engaño absoluto.
Nadie me tendría que reprochar el hecho de haberme arriesgado, pero sin embargo me lo reprocho todo el tiempo. Decisiones o equivocaciones?, decisiones mal tomadas, pasos mal dados, consecuencia: corazones rotos.

Si tan solo: fueses menos vano, menos temeroso y te hubieras arrojado junto a mi, para no caer sola al vacío. Desde el principio: compuse mi corazón roto, tanto tiempo me costo volver a subir. Las manos sangran y los pies tiemblan; el temor a dar pasos en falso, es inminente. El temor de volver a caer me persigue. Siento que aprendo a caminar nuevamente, siento que vuelvo a andar. Es cuestión de enfrentar al temor y al miedo.

Es cuestión de volver a amar.

Y no amar a cualquiera; amarse y ser amado. Por uno y para uno, por uno y nadie mas.

18 de agosto de 2015

Conejos en Paris



Son diez. Casi todos blancos. Alzan la tibia cabeza hacia las lamparas del salón, los tres soles inmóviles de su día, ellos que aman la luz por que su noche no tienen luna ni estrellas ni faroles. Miran su triple sol y están contentos.




Contentos solo como los conejitos pueden estar. Diez pequeñas motas de algodón. Desearía que fuesen livianas como tal y que con el aire se eleven y dejen el salón. Escapar de una vida sin luna, ni estrellas ni faroles. Escapar a campos mas verdes, repletos de trébol y mas libros que no sean los suyos para roer.


Así es que saltan por la alfombra, a las sillas, diez manchas livianas se trasladan como una moviente constelación de una parte a otra, mientras yo quisiera verlos quietos, verlos a mis pies y quietos -un poco el sueño de todo dios.

Es raro pensar en uno como una autoridad y un ente eterno. Pero al fin y al cabo:

“Fui yo el que los creo y el que la vida les dio.”


Los vomite de la nada, ellos urgían salir de mi ser, y en mi estomago se formaron, solo decidieron salir.Pensé en destruirlos, terminar con su vida. Acaso eso me haría un dios misericordioso, benévolo o sumamente frío y arrogante? Mis conejitos son míos, producto de mis entrañas y de mi ser, son las representaciones de mis anhelos, mis deseos mas profundos, los cuales nunca revele.


Y creo Andree que ante los ojos de los demás son dulces. Representaciones peludas de la pureza y lo bueno. Pero disfrazados con orejas largas y rabo peludo, están algunas maldades y obsesiones que corren junto a los demás. Me pregunto Andree: si escribiera mas cartas, acaso vomitaría menos conejitos?






(Carta a una señorita en Paris - Julio Cortazar)