12 de abril de 2012

Tora y las burbujas

No es raro que se me ocurra escribir sobre cosas que en realidad no tengan sentido, pero digamos que para esta vez decidí unir dos sucesos que me sucedieron el día de hoy en una mini historia.


Tora se había levantado ese día, al igual que todos los demás. Miro a su alrededor y vio a su amo aun durmiendo. Se relamió los labios y estiro sus patas.
Con un salto se levanto de la cama, y fue a saludar a aquella persona que le había permitido dormir en su cama.
Lo beso afectuosa mente, pero el no parecía percatarse.
Siguió con su camino, hacia la cocina, donde otra humana la esperaba con la comida.
"Buenos días Tora!" Exclamo y le hizo un par de caricias en la cabeza. A Tora le agradaba que le hagan caricias. Procedió a su plato, que se encontraba situado en una esquina de la cocina y comió.

Su vida era bastante tranquila: Paseaba por la casa a su antojo, jugaba con sus juguetes y la ropa de sus amos, se rascaba en el piso y le ladraba a los gatos que pasaban.

A la tarde se tomaba de la cama de su amo, cuando el hacia otras cosas y dormía profundamente, era muy cierto la vida era buena.
Pero ser un perro era difícil también, había que seguir tantas ordenes de los humanos.

"No te comas esto!" - "Afuera Tora!" - "Tora! en el sillón NO!" - "Tora! Mis zapatos, que hiciste!!?"
Tora solo quería jugar pero los humanos no parecían entender eso. Un día cuando los humanos se habían ido, Tora decidió que si no podía divertirse siendo perro, se divertiría siendo humano.
Tora se probo ropa de sus amos, y vio la Tv. Comió comida que no debía y llamo por el teléfono a otros humanos. Mientras llegaba la tarde tora pudo llenar la tina del baño, abrió un frasco que estaba cerca y pronto muchas burbujas empezaron a aparecer.
Tora salto adentro muy emocionada, y se lavo y se baño, como sus dueños habían hecho alguna vez, pero esta vez era especial.

Tora estaba rodeada de burbujas, algunas le hacían cosquillas a su nariz.
Su sabor no era nada lindo tampoco, pero se sentía feliz.
Tora salio de la tina y se seco, sacudiéndose y procediendo a la cama de su amo. Ahí rodó un poco y se echo a dormir.
Ser humano era divertido.

Pronto sintió que sus amos llegaron y ella salio contenta a recibirlos.

Se sentó frente a la puerta y los saludo con un par de ladridos.
Ella estaba muy feliz de que hayan vuelto pero, ellos parecían confusos ya que lo único que hicieron fue gritar y hablar en voces muy altas.

Tora estaba segura de que estaban muy contentos también.

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